OPINIÓN - EDITORIAL
Útil pero limitado resurgimiento aéreo
Algo bueno salió del desastre de Pluna. Aunque sigue sin descartarse el improbable proyecto costoso de una sustitutiva línea aérea cooperativa, el gobierno parece haber aprendido bastante de los errores inducidos por la inexperiencia
26/04/2013 www.elobservador.com.uy
Algo bueno salió del desastre de Pluna. Aunque sigue sin descartarse el improbable proyecto costoso de una sustitutiva línea aérea cooperativa, el gobierno parece haber aprendido bastante de los errores inducidos por la inexperiencia. El aprendizaje ha desembocado en el provechoso resurgimiento del tráfico aéreo que nos conecte con el resto del mundo, a través del comienzo de operaciones desde Carrasco de tres grandes compañías internacionales. Pero se ha pagado un alto precio. La pesadilla empezó al dejar caer a Pluna, lo que probablemente se pudo evitar si se hubieran otorgado a Leadgate, la empresa con mayoría accionaria, la rebaja en los combustibles y otras concesiones que, tardíamente y bajo el peso de la realidad, fueron aprobadas por el gobierno para atraer a otras compañías.
Al cierre de Pluna siguieron largas negociaciones frustradas para vender sus aviones y el embarazoso fiasco de la subasta que no fue, con turbiedades legales en torno al aval a la empresa Cosmo, que todavía deambulan en la Justicia. El presidente José Mujica resolvió finalmente respaldar el proyecto de aerolínea cooperativa presentado por los exfuncionarios de Pluna, pese a su costo para el Estado en un negocio de futuro incierto, que ha arrastrado a la quiebra, o a fusiones forzosas, a muchas aerolíneas tradicionales. El panorama se agravó cuando Iberia, la única conexión que quedaba con Europa, anunció su retiro de Uruguay como parte de una reducción de su déficit operativo.
En ese momento el gobierno despertó al anunciar la rebaja de los combustibles que provee ANCAP y que, junto con los costos de operar en Carrasco, encarecía la utilización de nuestro principal aeropuerto y mantenía alejada a muchas compañías. La reacción favorable fue inmediata. Air France ya reanudó sus vuelos desde Montevideo, Air Europa lo hará en junio y ya se ha acordado la presencia de Turkish Airlines, que transferirá a Uruguay su sede regional en Argentina por razones de costos y de menor riesgo de paros sindicales. La aerolínea turca, fundada hace 80 años, es una incorporación trascendente. Por segundo año ha sido elegida como la mejor de Europa y opera una flota de 200 aviones, con 35 millones de pasajeros a 221 destinos el año pasado. A fin de este mes el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, firmará en Estambul el acuerdo de cielos abiertos que permitirá las operaciones de Turkish Airlines, facilitadas por un año de servicios gratis en Carrasco ofrecido por Puerta del Sur, el operador privado de la principal terminal aérea.
Con Air France, Air Europa y Turkish Airlines el país ha recuperado con creces la conectividad mundial perdida por el cierre de Pluna y el retiro de Iberia. Se les agrega el anuncio de BQB, la pequeña aerolínea de Buquebus, del comienzo de vuelos desde Montevideo a Ezeiza para más combinaciones internacionales. Se ha perdido tiempo y dinero. Y si se lograra solucionar el precio desorbitante que cobran algunas aerolíneas regionales por pasajes tomados con poca planificación (algo propio de viajes de negocios), las cosas parecen encaminarse, siempre que el gobierno dé el paso que falta de abandonar el incierto proyecto de la aerolínea nacional cooperativa y venda, por lo que se pueda sacar, los siete aviones Bombardier en los que imprevisoramente le salió de garante a Pluna y por los que cada seis meses paga cerca de US$ 1 millón a un banco canadiense.
Al cierre de Pluna siguieron largas negociaciones frustradas para vender sus aviones y el embarazoso fiasco de la subasta que no fue, con turbiedades legales en torno al aval a la empresa Cosmo, que todavía deambulan en la Justicia. El presidente José Mujica resolvió finalmente respaldar el proyecto de aerolínea cooperativa presentado por los exfuncionarios de Pluna, pese a su costo para el Estado en un negocio de futuro incierto, que ha arrastrado a la quiebra, o a fusiones forzosas, a muchas aerolíneas tradicionales. El panorama se agravó cuando Iberia, la única conexión que quedaba con Europa, anunció su retiro de Uruguay como parte de una reducción de su déficit operativo.
En ese momento el gobierno despertó al anunciar la rebaja de los combustibles que provee ANCAP y que, junto con los costos de operar en Carrasco, encarecía la utilización de nuestro principal aeropuerto y mantenía alejada a muchas compañías. La reacción favorable fue inmediata. Air France ya reanudó sus vuelos desde Montevideo, Air Europa lo hará en junio y ya se ha acordado la presencia de Turkish Airlines, que transferirá a Uruguay su sede regional en Argentina por razones de costos y de menor riesgo de paros sindicales. La aerolínea turca, fundada hace 80 años, es una incorporación trascendente. Por segundo año ha sido elegida como la mejor de Europa y opera una flota de 200 aviones, con 35 millones de pasajeros a 221 destinos el año pasado. A fin de este mes el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, firmará en Estambul el acuerdo de cielos abiertos que permitirá las operaciones de Turkish Airlines, facilitadas por un año de servicios gratis en Carrasco ofrecido por Puerta del Sur, el operador privado de la principal terminal aérea.
Con Air France, Air Europa y Turkish Airlines el país ha recuperado con creces la conectividad mundial perdida por el cierre de Pluna y el retiro de Iberia. Se les agrega el anuncio de BQB, la pequeña aerolínea de Buquebus, del comienzo de vuelos desde Montevideo a Ezeiza para más combinaciones internacionales. Se ha perdido tiempo y dinero. Y si se lograra solucionar el precio desorbitante que cobran algunas aerolíneas regionales por pasajes tomados con poca planificación (algo propio de viajes de negocios), las cosas parecen encaminarse, siempre que el gobierno dé el paso que falta de abandonar el incierto proyecto de la aerolínea nacional cooperativa y venda, por lo que se pueda sacar, los siete aviones Bombardier en los que imprevisoramente le salió de garante a Pluna y por los que cada seis meses paga cerca de US$ 1 millón a un banco canadiense.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario