La sindicatura que gestiona el concurso de la ex aerolínea de bandera Pluna continúa su tarea de verificar los créditos de los acreedores, tras el cierre de la compañía en julio de 2012 por insolvencia financiera. Quienes tienen dinero para cobrar por deudas pendientes con la aerolínea que fue gestionada por el socio privado Leadgate, deben justificarlo, para luego esperar la resolución de la jueza Teresita Rodríguez Mascardi. La Justicia procura, de forma paralela, vender los bienes de la aerolínea para cancelar las deudas con el producido. El activo principal son los siete aviones Bombardier, adquiridos al fabricante en 2008 con un préstamo del Scotiabank, del cual el Estado es garante de su pago.
Además, la sindicatura piensa vender un inmueble de Pluna ubicado en Punta del Este y otros bienes de menor valor en su poder. En ese grupo de activos se encuentran los dos viejos aviones Boeing 767-200, informó a El Observador el síndico Gabriel Ferreira, integrante de la Asociación Uruguaya de Peritos (AUPE).
Las aeronaves, que descansan a la intemperie en una pista del aeropuerto internacional de Carrasco, formaban parte de la flota cuando Pluna estaba asociada con la brasileña Varig, y fueron utilizadas en los primeros meses de operación en la época de Leadgate. En una de ellas la aerolínea de bandera cubría la ruta a Madrid, que fue cancelada por el gerente general de la compañía, Matías Campiani, para recortar gastos a los pocos meses de asumir.
El precio estimado en 2012 de los dos aviones y los repuestos era de US$ 1.482.350, según los estados contables de 2012.
AUPE acordó con el fabricante Bombardier ofrecer los restos de estos dos aviones a posibles interesados para su venta, y con ese dinero cancelar lo que sea posible de la venta, de acuerdo a la prioridad que establecerá la jueza en la lista de acreedores.
Los siete aviones habían sido tasados en 2012 cuando se inició el concurso de Pluna en US$ 120 millones pero actualmente valen menos. Según dijeron fuentes de la negociación a El Observador, se estima que a lo sumo se podrán vender US$ 10 millones cada uno.
El fideicomiso que administró los bienes de Pluna luego de su cierre, había manejado una cifra que llegaba a los US$ 14 millones o US$ 16 millones por aeronave, pero ahora se considera que ya no se puede exigir ese precio. El fideicomiso había recibido durante 2013 una oferta concreta por un importe de US$ 48 millones netos por cuatro de los siete aviones, pero luego las aeronaves debieron pasar a la masa concursal cuando se declaró inconstitucional la ley de salida de Pluna.
El último informe de estados contables de Pluna, publicado el 31 de marzo de 2012 (a cuatro meses de su cierre), incluye a los dos Boeing en su “Nota 8 - Bienes de cambio”. Las aeronaves y sus correspondientes repuestos fueron presentados en ese documento como activos, aunque ya no volaban desde hacía años y, al no tener mantenimiento, quedaron obsoletos. “La flota Boeing 737 (...) se presentan como activos mantenidos para la venta en conformidad con el compromiso asumido por la empresa, en relación con el plan de recambio de la flota, habiéndose ya comenzado los esfuerzos para vender estos activos”, dice el informe al que accedió El Observador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario